8 de julio de 2008

el reflejo de lo cotidiano



Diarios, periódicos, revistas en papel cuché... Mezcolanza de noticias, de rumores, de relatos de Historia; manuales de cocina, de costura y bordado, de informática; juegos de ordenador; películas en dvd; fascículos coleccionables de músicas varias, de diversos idiomas, de muñecas de porcelana, de literatura -con sus correspondientes y variopintos soportes-; revistas de esoterismo, de pornografía, de viajes imposibles, de belleza y moda, de mascotas... De todo a gusto de todos y de cada uno, fiel reflejo del consumismo cotidiano de la índole que sea.
Hay quien busca lo que sucedió ayer; quien quiere enterarse de los líos amorosos del famosuelo de turno; los que buscan un cuerpo diez en tan sólo dos semanas con la dieta de tal o cual actriz porque el verano está ya ahí y hay que lucir palmito en la playa; los que buscan las claves de su futuro en los astros; los que por tres euros se culturizan ligeramente o los que quieren aprender ruso y a la tercera entrega desisten...
Seudo literatura a bajo precio, de pésima o dudosa calidad las más de las veces, que ayuda a distraernos por un rato de lo que es real porque hasta la prensa diaria o es amarillista o no es del todo imparcial; artículos frívolos e insustanciales que en ocasiones fomentan la envidia al ver las mansiones en las que algunos viven, y que para escarnio no dudan en enseñar, o los viajes de bodas que se gastan los nuevos ricos o los pobres que ya no lo serán tanto porque viven de venderlos para cobrar una exclusiva.

¿Qué está pasando con la Cultura? Hasta se considera un éxito que salgan a la calle a ver a Les Plasticiens Volants tres mil personas en una ciudad de casi 220.000 ó que se llenen los aforos del certamen La Mar de Músicas cuando es sabido que acude mucha gente de fuera atraída por el programa, como se va al Espirelia de Lorca o al Murcia tres Culturas.
Los niños no leen; juegan en las videoconsolas, ven la tele o buscan en internet cosas de lo más peregrino, cuando podrían navegar por cientos de miles de websites de Cultura... pero no. Sin embargo, casi todos ya tienen teléfonos móviles desde los que están creando un nuevo lenguaje que podría estar muy bien si luego, en la vida de cada día, supieran distinguir una be de una uve, o el uso de las haches.

Y no se compran libros o los cines están casi vacíos porque se argumenta que son mercados caros, pero las últimas encuestas de las compañías de telefonía movil reflejan que:
"En España hay 49.748.579 líneas, lo que genera un crecimiento interanual de 6,8% y una densidad que supera las 110 líneas por cada 100 habitantes."

Ese es el triste reflejo de lo cotidiano.

© P.F.Roldán

incultura juvenil

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