18 de septiembre de 2009

defensor del menor, carroñeros y tele basura

La televisión no sólo se ha convertido en un circo a ciertas horas sino además en el medio de trabajo de gentes que presumen de periodistas y que ni tienen el título, con el único tole tole de propalar acerca de intimidades ajenas propagando mentiras mil veces a ver si así se convierten en verdades, y con el único fin de ganar audiencia tomándonos por idiotas, enganchando a la gente por millones.

Lo perverso de esa actitud es que han llegado a conseguir que hasta la prensa más prestigiosa del país, independientemente de su tendencia ideológica, haya gastado ríos de tinta el pasado fin de semana sobre la decisión de un tal, por lo visto, Defensor de los Derechos del Menor, de elevar a la fiscalía un informe sobre la utilización que hace Belén Esteban de su hija en los medios de comunicación por la denuncia de siete personas anónimas a su Departamento. Vamos, que no tiene otra cosa mejor el hombre que tirar a degüello con la hija de esa señora con la de niños que hay sin escolarizar, o pidiendo en las calles, o sufriendo malos tratos, para que realmente ejerza de lo que se supone que es, y lo único que de momento lleva ganado –informaban- es una querella que le ha interpuesto la OID por prevaricación al exponer a esa niña ante todos esos carroñeros con sus declaraciones.

Por eso digo que “por lo visto es Defensor del Menor” porque este individuo, que recomienda o pide a todos esos medios de comunicación en ese informe elevado a la fiscalía, que no se nombre a la niña y se respete su intimidad, él mismo fue el primero –contra todo sentido y razón, y sin predicar con lo que solicitaba, que hay que ver cómo algunos pierden el oremus por salir en la caja tonta- en hacer declaraciones a primera hora de la mañana en una cadena pública el “día de autos”, sin haber apercibido siquiera a la madre cuestionada sobre su actuación, soltando la bomba informativa y nombrando por activa y por pasiva a la niña “que pretende proteger”, dando lugar a que ciertos de esos seudo periodistas de algunas cadenas privadas de televisión -ansiosas de carnaza porque ven como su share se va al cuerno a la hora en que otra, en la que colabora Belén Esteban, emite un programa similar- han estado echando leña al fuego con infundios, atentando más contra esa niña de lo que a lo mejor lo hace su madre. Pero lo surrealista es que se hayan hecho eco también emisoras de radio y prensa escrita seria que se cebaron también con el notición, hasta extremos esperpénticos, como si se tratara de una debacle nacional.

Cuando una noticia como ésta es la más visitada, digitalmente, en esa prensa nacional de prestigio, llenando los foros de opinión con basura de toda laña desde el anonimato, y que temas de auténtica actualidad como la corrupción, la crisis, el paro, las imputaciones a jueces progresistas, etc. pasen a un segundo o tercer plano es como para pensar que en este país o estamos enfermos o no funcionan los criterios fundamentales de lo que realmente es de interés público y que no sabemos distinguir entre lo que de verdad nos afecta a todos los ciudadanos y lo que sólo es el marujeo de cuatro indocumentados que mienten más que hablan con tal de tener un sillón en un plató, dañando a las personas con las que se ensañan y, además, a los verdaderos profesionales de la información.

Uno ya está harto de amoríos de duquesas, de la intemperancia de alguna baronesa, de toreros jubilados con mala baba y de ex de toreros despechadas, de siliconadas sin oficio ni beneficio, de bodorrios y divorcios de famosuelos, de gentes anónimas que van a contar sus miserias a según qué programas… Y uno está harto porque esta basura, que no entretenimiento, es el nuevo “pan y circo” para entontecernos y que nos olvidemos de lo que realmente son las noticias que sí inciden directamente en nuestras vidas diarias.

Si ya lo hacía poco, cada día enciendo menos el televisor. A veces ya no basta con cambiar de cadena.

© P.F.Roldán

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